La foto no viene sola
Este fue uno de mis primeros trabajos donde realmente sentí que estaba haciendo algo mío. Me pidieron tomar unas fotos para el 15 de septiembre en la universidad, y fue la primera vez que entendí que para capturar una buena imagen no basta con estar ahí… hay que atreverse a pedirla, a buscarla, a estorbar si es necesario.
En estas fotos aparece Ana “E”, una de las modelos que posó ese día. Gracias a ella y a esa sesión, aprendí a perderle el miedo a incomodar, a dejar de pedir permiso con la cámara y empezar a buscar la foto que yo quería.
Las demás fotos sirvieron para cumplir con la materia, pero estas… estas fueron las que me dejaron algo personal. No son perfectas, pero son el inicio de todo. El primer paso siempre es el más torpe, pero también el más sincero.
Disparadas en Canon Rebel T8i / 50 mm